lunes, 23 de noviembre de 2009

Ven que te cuento un cuento...III

La rana y el grillo.

Cantaba triste la rana
cantaba su desamor,
¿cómo ha podido la vida llevarse
del charco la hermosa flor?,
donde a las tardes venía siempre
aquel sapito loco
a recitarle sus versos de amor.

Cantaba triste la rana
lloraba con ella el cantor
grillo de violín triste que vino
a acompañarla en su hermosa canción,
y viendo la rana en sus ojos
la pena, el mismo dolor
le ha preguntado al grillo:
-¿quién se ha llevado a tu amor?

He hizo temblar el grillo
las cuerdas del corazón,
tocando la melodía
del amor que nunca volvió,
haciendo que la ranita
echase a llorar sin voz,
y recordandole el día
que la serpiente saltó,
de lo alto de la rama
y a su sapito se comió,
y la rana maldecía
a la ingrata que dejó,
sin croares la charca
sin brinquitos su corazón,
y jurábale que un día
cobraría aquella acción.

-¡No sea cruel!, dijo la rana,
recordándome el dolor
de aquel día que la noche
para mí por siempre se quedó,
y ya no tiene alba
mi vida sin su amor.

Pues sepa bien señora rana
que no solo usted sufre ese dolor,
pero yo no le maldigo
ni le doy mala intención,
si la serpiente tenía hambre
no conozco nada yo,
más natural que calmarla
con lo que el día reparó.

-¡No sea injusto!, además de cruel,
-¡por piedad se lo imploro yo!,
si la maldita tenía hambre
¿por qué no devoró
a otro que no fuera
mi sapito adorador?

Será por la misma razón ranita,
la que usted no contempló,
el día que de un bocado
si recuerda la hermosa flor,
del medio del estanque
el día que usted dejó,
ciega y sorda mi vida
¡cuando a mi grillita se tragó!

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