lunes, 23 de noviembre de 2009

Ven que te cuento un cuento...II

El ovillo de lana.

-¡Ya no quiero que me aruñes tanto!,
le dijo el ovillo de lana al gato,
y el gato muy triste se quedó muy callado...

-¡Ya no quiero que me toques pues mucho me has maltratado!,
le dijo el ovillo de lana al gato,
y el gato muy triste se quedó muy callado
y nunca le dijo: -ovillito enojado yo te aruño, ¡por que te quiero tanto!,
quisiera tener en vez de garras mil labios
para darte besitos y dormirme a tu lado,
pero Dios quiso que tuviera garras
por eso yo prometo no volver a tocarte,
para que tú no vuelvas jamás a enojarte.

Y un día que hacía mucho frío
despertóse el ovillo y sintióse muy solitario,
y estuvo llamando toda la mañana al gato,
y lo estuvo esperando por largo rato,
hasta que el canario que estaba, junto a,
de la ventana, el marco
le dijo: -ovillito de lana, deja ya de llamarlo,
que hace tres días una noche de espanto,
llovía muy duro a lo largo del patio,
y sobre la cerca se mojaba el gato,
y le maullaba a la Luna, le maullaba llorando,
y le decía Lunita: -¿ahora qué hago?,
yo exraño a mi ovillo, ¡como lo extraño!

Y entonces le parecían eternos los segundos al ovillo para que el canario
le dijera por fin donde estaba su gato...

-Entonces yo escuché (continuó este)
cuando la Luna le dijo: -mi gato,
no llores, no sufras, ¡venite a mi lado!
y el gato se vino de espaldas al patio,
hace tres días ovillo, ¡está ahí tirado!

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