lunes, 9 de noviembre de 2009

De la vida y el amor...VI

Dos tontos.

Yo fuí un tonto
por no haberte dicho más a menudo
lo mucho que te amaba…

Yo fuí un tonto te repito
por que nada me costaba
muy de vez en cuando
haberte dicho: -¡mil gracias!...

Yo fuí una tonta
por no haber sabido
que en el fondo de tu alma
solo había espacio para mí
y mis majaderías cotidianas…

Yo fuí una tonta también
porque tampoco me costaba
dejarte más a menudo
comerme a besos la espalda…

Yo fuí un tonto por creer
que nuestro amor jamás se moriría
y ya no te compré más aquellas flores amarillas
que tanto te gustaban, tanto
que luego me buscabas para jugar a las cosquillas…

Yo fuí un tonto
porque ahora que lo pienso
al pasar de tantos años
no sé qué sería de mí
si tú te hubieras marchado dejándome en silencio…

Yo fuí una tonta por pensar
que eras un necio sin reparo,
no me dí cuenta que mi piel
era el sustento de tus labios,
y que tú amabas el jardín
de mis dos lirios blancos,
los que debajo de mi blusa
me encantaba si tus manos
cuando la noche estaba oscura
tú los buscabas muy despacio…


Yo fuí un tonto
por no haberte permitido
corregir mis malos actos,
de gastarme todo entero
el salario sin pensarlo,
en comprarte todo eso
que yo creí tan necesario,
el hogar donde vivimos
donde crecieron tus muchachos,
esos que el privilegio tuve
contigo haberlos engendrado…

Yo fuí una tonta
por no haberme permitido
disfrutar tus arrebatos,
de locura cuando un mundo
me prometiste sin reclamo
más que el de tener siempre
mis manos sobre tus manos
que ¡por favor!, por nada en el mundo
yo te negara mis abrazos…

Fuímos dos tontos
por habernos negado
más caricias, más calor
más amor de contrabando
de alegrías diminutas
a lo largo de estos tan hermosos
cincuenta años de casados…

No hay comentarios:

Publicar un comentario