lunes, 9 de noviembre de 2009

De la vida y el amor...III

Imprimido.

Y es que se me quedó el corazón imprimido en un beso que ví de venir de vos la tarde aquella que te descubrí la vida en las manos que traías llenas de la esperanza que yo tanto necesitaba...

Y sí, sí, no voy a negarlo, si me estaba tapando el corazón, no sé si por devoción o por vergüenza, lo que pasa es que no quería que le clavaran de nuevo el amor dejándome una vez más medio sordo el andar...

Por que si creo yo que esto de andarse uno tropezando los días por una boca, aunque sea jugosa, no recompensa el traerse uno los ojos siempre mojados, ni las noches blancas de cielorraso...

Ni de olvidarse uno mismo por ratos, de veinticuatro horas, quizás más por día, y es que hasta el sueño se vuelve placer prohibido, por que no se anima uno a cerrar el alma, el corazón o tan siquiera los ojos por miedo a despertar sin nada, aunque sea el recuerdo...

Por eso te digo, si te lo vas a llevar, ¡que sea todo!, corazón, manos, cansancios, a mí, sueños, viejeras, tristezas, nochevelas y hasta esto que empiezo a creer es tuyo hace siglos:

-¡mi amor!2

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